6/8/12

LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA


EL BARRIO CONVERTIDO EN  “ALMACABRA”

Los hechos ocurrieron en nuestro barrio en el año 818, en el periodo de la historia de al-Ándalus llamado el Emirato.

Al parecer, cuando el Emir pasaba por aquí, de vuelta de una cacería, numerosos vecinos del arrabal, al verlo, lo amenazaron y lo insultaron, llamándole borracho y otras cosas que no cuenta la historia.

Así  saltó la chispa de una terrible revuelta que se conoce como “El motín del Arrabal”, que se produjo en el  Arrabal de la Shacunda, hoy Campo de la Verdad.

Resulta que el emir al-Hákam I, para hacer frente a los numerosos gastos de sus campañas contra los cristianos, decretó un impuesto extraordinario que terminó de irritar a los ya cabreados contribuyentes.

La represión para sofocar la revuelta fue brutal. Unos trescientos sublevados fueron crucificados y el resto de los vecinos fueron desterrados a Fez. Al-Hákam declaró el arrabal maldito, ordenó arrasarlo y prohibió su reconstrucción.

        Aquel Emir sanguinario, ha pasado a la historia con el apelativo de “al-Rabadí”, el del Arrabal.

Así que este barrio, al sur de la ciudad, en la orilla izquierda del Guadalquivir, quedó durante mucho tiempo deshabitado y maldito. El único uso que se le pudo dar fue convertirlo en “almacabra”, palabra árabe que significa cementerio.
 Hace varios años, se encontró parte de este cementerio en las excavaciones arqueológicas de la Plaza de Santa Teresa. Hace algunos meses, en la calle San José, aparecieron una docena de esqueletos de adultos y niños, a unos cuarenta centímetros de profundidad, y así seguirán apareciendo a poco que se escarbe. 

Han pasado muchos años de aquellos terribles acontecimientos, pero hoy todavía podemos ver en Miraflores  los restos arqueológicos del arrabal maldito, arrasado a sangre y fuego.

Curiosamente, los restos del Arrabal del Sur se encuentran en  el solar destinado a la construcción del Palacio de Congresos. Un proyecto, en el que teníamos puestas muchas de nuestras esperanzas de más vida para nuestro barrio, fulminado de un plumazo por el actual Gobierno Municipal.

Dicen que los fantasmas del arrabal maldito siguen ahí, y en los entresijos de cada piedra aún habitan los gritos de dolor de los crucificados, de los desterrados, de los masacrados.                                                

                                                                                                Paco Martínez



CÓRDOBA HOY EN LA PRENSA (06082012)

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