Cuando Franco pasó
por mi calle
29 de Abril de 1953. La Carretera de Sevilla (hoy,
Avenida de Cádiz), aparecía profusamente engalanada con banderas y gallardetes,
el camión de riego había refrescado los adoquines de la carretera y el albero,
extendido en las cunetas para la ocasión… Todo estaba preparado. De un momento
a otro, iba a pasar Franco para inaugurar el Puente Nuevo o de San Rafael.
Mi amigo Rafa y yo
estábamos sentados en la ventana de mi casa. Mientras esperábamos ansiosos el
acontecimiento, mi amigo me contó casi al oído, un secreto, que juré -“palabritadelniñojesús”-
que nunca lo contaría a nadie. Con cara de circunstancias me contó que los
policías habían detenido a su abuelo y “lo habían represaliado, o sea, que lo
habían metido preso por orden de Franco”. Al pronunciar ese nombre, se puso la
mano en la boca bajando aún más la voz, pálido y con un tono solemne y
dramático.
Luego nos quedamos un
rato en silencio. Ni mi amigo ni yo podíamos entender qué le había podido hacer
su abuelo a Franco. Sólo sabíamos que era algo muy malo que no se podía contar.
A los pocos minutos, empezaron a pasar, a gran
velocidad, muchos policías en motos, luego el coche de Franco con los cristales
negros y muchos más coches detrás. Visto y no visto. Me quedé frustrado, tanto
rato esperando y para nada.
Durante muchos años
guardé este recuerdo. Fuimos creciendo en esta España de silencios y
prohibiciones, pero nadie nos pudo prohibir que guardáramos en nuestro interior
los recuerdos.
Muchos años después,
supe que la policía solía detener a los fichados cuando Franco visitaba una
localidad hasta que se iba. También me enteré de que había muchos represaliados
por el régimen franquista que habían
sido apartados de sus puestos de trabajo de por vida, como el abuelo de amigo
Rafa, que había sido maestro en la República.
Dicen que los pueblos
que ignoran su pasado están condenados a repetir su historia. ¿Cuarenta años de
democracia pueden ser suficientes para olvidar cuarenta años de dictadura? Sí,
la vida da muchas vueltas, pero, ¿es posible que volvamos atrás por olvidar el
pasado?
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