VECINO DEL BARRIO DEL GUADALQUIVIR
En tres años, Gregorio cumplirá cincuenta. Tiene tres hijos a su cargo, Roberto, Sergio y Estefanía. Patricia hizo hace algunos meses las maletas y se ha marchado en busca del pan que aquí se le niega. Es uno de esos que la estadística del paro esconde en el porcentaje de familias en las que ninguno de sus miembros trabaja. Su mujer, Rafi, ha conseguido hace unos días un contrato de “ocho horas al mes”.
Los dos están sufriendo en sus carnes toda la crueldad de este desempleo feroz que se ceba con los más desprotegidos. La depresión se ha instalado con ellos y les hace llorar intermitentemente. Viven con poco, con una ayuda de 426 euros que se agota enseguida. La pareja acude a la parroquia en busca de alimentos cada quince días y han colocado carteles pidiendo donativos para no perder su vivienda, cuya renta no pueden pagar puntualmente.
Ahora, hace unos días, han recibido una carta amenazadora de la empresa municipal de la vivienda de Córdoba, VIMCORSA, que les exige el pago de los atrasos, so pena de desahuciarlos y dejarlos en la calle. Sus vecinos están ingresando pequeñas cantidades en esa cuenta que representa la otra cara de la recesión, la Solidaridad con mayúsculas.
Entrevista al trabjador en paro, Gregorio Calvo, al que la empresa municipal de la vivienda de Córdoba le ha remitido una carta en la que le apremian a que pague los atrasos que debe de su renta mensual de alquiler, so pena de ser desahuciado.
PUBLICADO EN EL BLOG DE ALBERTO ALMANSA 16/10/12
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