Sí, como leen, prefiero ducharme con agua fría en pleno invierno que soportar la visita diaria del butano en la calle Jiménez Amigo y aledaños. Los vecinos del Cerro llevamos meses sufriendo la poca vergüenza del "proceso" de venta de bombonas de las compañías Cepsa y Repsol representadas ambas por dos trabajadores que utilizan las bocinas de sus respectivos camiones cual atracción de feria, llegando incluso a "picarse" por ver quién de los dos provoca más escándalo. Estamos hablando de un ruido atronador y más que desagradable, pasando hasta 3 o 4 veces por la misma calle, golpeando las bombonas contra los hierros del vehículo y vociferando como vendedores ambulantes de turrón, todo entre risotadas y charlas a gritos con algunos vecinos. Las 8.30 horas quizás no suponga un desarreglo para quienes trabajen de mañana, pero es una auténtica pesadilla para el que trabaja de noche, se acuesta a las 7.30 horas y tiene la obligación de dormir si no quiere tener un accidente laboral por falta de descanso. Señores butaneros, piensen que su falta de escrúpulos y empatía con los trabajadores nocturnos es evitable, una simple pitada al principio de la calle es suficiente. No conviertan una calle sin salida en la calle del infierno. Tenga algo de humanidad... si saben lo que significa.
Rafael F. Díaz Anguiano
PÚBLICADO EN EL DIARIO DE CÓRDOBA 03/05/11
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