«Ensayábamos en su casa, sin siquiera una barra, en el patio. Había pocos recursos, pero tenía imaginación y mucho entusiasmo, al contrario de lo que pasa hoy». Inmaculada Aguilar, una de las grandes del baile en Córdoba, evocaba así ayer a Maruja Caracuel, la gran pionera del ballet en Córdoba, que falleció a los 73 años de edad dejando una estela de grandes profesionales que dieron con ella sus primeros pasos o de niñas que simplemente aprendieron a disfrutar con el baile.
Su nombre estará asociado para siempre a una escuela de ballet, que no sólo fue la primera de la ciudad, sino también la única en Andalucía y una de las pocas de España, y por la que al cabo de más de medio siglo han pasado miles de jóvenes. Nació en Fernán Núñez en 1937, aunque desde niña se estableció con su familia en Córdoba. Se enamoró de la danza viendo una fotografía de Ana Pavlova y aprendió de forma autodidacta. Con quince años daba clases a niñas y con 18 creó su primera escuela, pionera en todos los sentidos, en la calle Evaristo Espino, en las viviendas que Fray Albino construyó en el Campo de la Verdad, y donde a veces había que retirar los muebles para poder trabajar con algo de espacio.
PÚBLICADO EN EL ABC DE CORDOBA EL 12/01/11
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MÁS INFORMACIÓN :
DIARIO DE CÓRDOBA:
Maruja Caracuel, coreógrafa
Adios, "seño"
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