5/3/13

LOS SOTOS: UN "MONUMENTO NATURAL"


Cualquiera que visite nuestra ciudad y en particular la zona del Puente Romano, quedará seguro sorprendido por la visión de una densa masa de vegetación de ribera en el cauce del río, poblada de gran cantidad de aves de especies muy variadas y donde abundan patos, cormoranes, garcillas y muchos más. 
Son los Sotos de la Albolafia, un espacio que muchos consideran como propio de nuestro río, pero que no es más que el resultado de la acción del hombre sobre esa zona en los últimos cien años. 
Son estos elementos "naturales", hechos sobrevenidos estimulados artificialmente por las acciones que ha sufrido el río de la mano del hombre, represando aguas arriba y abajo, encauzado para evitar inundaciones y abandonando la limpieza de sus márgenes de vegetales y sustratos acumulados por el paso del río, junto con la desaparición de una actividad humana que allí se llevaba a cabo desde tiempo inmemorial, como es la extracción de grava y arena para la construcción. 
El resultado ha sido la aparición de islas artificiales que han sido aprovechadas por muchas especies de aves para llevar a cabo allí parte de su ciclo reproductivo. 
Estas aves han visto favorecida también su vida en la zona por la existencia, no muy lejos al sur, de una despensa inacabable de comida, la planta de RSU del Lobatón, donde muchas acuden diariamente a alimentarse. Se trata pues de algo nuevo en términos biológicos, un siglo no es nada, que muchos se preguntan si debemos o no proteger.
A favor está el hecho de que nos hemos encontrado con una bella estampa de biodiversidad ornitológica en territorio urbano y en la zona monumental. Allí se pueden ver y estudiar numerosas especies de aves, no comunes antes en nuestra ciudad y se han creado interesantes ecosistemas riparios llenos de biodiversidad no solo animal, sino también vegetal. 
Todo ello, da una carácter "natural" a la zona, que no olvidemos se ha originado por las causas anteriormente descritas y por la dejadez de las autoridades correspondientes, que ahora no saben qué hacer con este "monumento natural". Lo de siempre, "la inconsistencia del discurso político". 
Por el contrario, nos encontramos que el desarrollo de esta densa masa de soto está alcanzando tal magnitud que por un lado existe una superpoblación de aves que están afectado las áreas cercanas, sobre todo monumentales --construidas en piedra caliza blanda--, que sufren el efecto de las deyecciones, no olvidemos que las aves no tienen aparato excretor exterior y las defecaciones van mezcladas con orina, lo que les confiere un carácter fuertemente ácido que altera rápidamente la piedra. 
Además, el crecimiento desmesurado de los sotos, ciertamente formado en gran parte con especies del Populionalbae, pero donde domina el execrable eucalipto, produce una gran cantidad de hojarasca y ramas que se conjuga con los sedimentos arrastrados por el río, y que nos hace pensar ¿qué ocurrirá cuando llega la gran riada, que estadísticamente ya toca de nuestro río grande?, ¿qué ocurrirá con toda esa masa de detritus que se producirá y que puede taponar los ojos del puente de San Rafael con sus efectos colaterales? 
Como siempre la solución debería estar en aquella que se aplica a todos estos nuevos ecosistemas "naturales" de origen antrópico, usar en su gestión un principio de equilibrio y sostenibilidad, no sea que lo "natural" nos termine "ahogando". No estaría de más que quien sea se olvide de la "ecología de bajo calado" y piense un poco más en el medio y largo plazo y no tenga miedo a perder un voto de aquí o de allá.
EUGENIO Domínguez Vilches
Catedrático de Botánica
PUBLICADO EN EL DIARIO DE CÓRDOBA EL 03/03/13

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