Cientos de personas pasean diariamente por las orillas del río, deteniéndose, muchas de ellas, para contemplar a la vida que este espacio natural da cobijo: los bandos de garcillas que vuelan a los dormideros, el buceo del cormorán, la quietud de la garza acechando a su presa; ánades disputándose un trozo de pan; y, las estrellas del lugar, las nutrias que pescan y juegan ante unos ojos sorprendidos por la presencia de este mamífero.
Conservar y aumentar esta fauna es el motivo por el que se hace el manejo de la vegetación en los Sotos de la Albolafia. El objetivo expreso de este proyecto, financiado con fondos europeos, "es su restauración de cara a establecer una mayor biodiversidad".
Por tanto, si las acciones que actualmente se realizan en este monumento natural tuvieran como resultado el convertirlo en "más urbano", no sólo que se habrá pervertido la finalidad de las mismas sino que se cometería fraude respecto a la subvención recibida.
De todas formas, lo mejor es dejarse de divagaciones sobre conceptos "natural" o "urbano", que por su amplio significado nos alejan del diálogo y el acuerdo, y ponernos a definir de forma consensuada sobre objetivos concretos.
Teniendo en cuenta, además, que lo que hoy configura el paisaje de este tramo del río es el resultado inseparable de procesos naturales y la acción humana. Creemos que es posible que esta intervención y otras futuras puedan responder a distintas sensibilidades.
Es compatible el aumento de la biodiversidad con la preservación de los molinos. Pueden coexistir unos sotos fluviales con los monumentos de la Ciudad Patrimonio, y que lejos de eclipsarlos los realcen.
Todo esto es viable y para conseguirlo hay que favorecer la participación ciudadana en la determinación del río que queremos.
En este sentido la Plataforma por un Río Vivo, formada por asociaciones vecinales, ecologistas, deportivas y juveniles, quisimos tomar la iniciativa y tras años de trabajo elaboramos el documento "Propuestas por un Río Vivo", donde se recogen una serie de medidas encaminadas a compaginar el disfrute ciudadano con la preservación de un ecosistema fluvial bien conservado. Propuestas, en su mayoría, destinadas al cuidado continuo del río y su entorno, y en las que se destacan dos por su urgencia: la limpieza periódica de la basura que se acumula en las márgenes y la gestión de la vegetación.
Sobre el tema de la limpieza todos estamos de acuerdo, salvo Confederación y Ayuntamiento que se echan los trastos uno al otro. La segunda cuestión es más delicada, pero no se puede dilatar en el tiempo, cada año que pasa se hace más compleja y cara. Un ejemplo es el control de los eucaliptos, eliminarlos como arbustos es fácil, a los veinte años implica miles de euros y protestas.
Diego Peinazo,
Ecologistas en Acción
PUBLICADO EN EL DIARIO DE CÓRDOBA EL 03/03/13
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