Esta ciudad ya tiene el elemento transformador que buscaba y necesitaba, capaz de conseguir la unidad de las instituciones públicas, las organizaciones políticas, los distintos sectores sociales, económicos, ciudadanos... Y lo ha hecho desde uno de los espacios con más complejidad y difícil de reunir, para una ciudad que ha jugado uno de los partidos más difíciles de su reciente historia, que ha durado más de diez años, pero que ha jugado hasta el último minuto.
Lo ha hecho desde la transversalidad, desde los valores y conceptos que hablan: desde lo equitativo, de la solidaridad, de la tolerancia, de la pluralidad y se ha crecido, desde el respeto, sabiendo incorporar una palabra tenue en el mundo de la violencia, de la prepotencia y de la incomunicación, la palabra Cultura, para que nos vertebrara.
Palabra, que ha servido para proyectar la ciudad a nivel nacional e internacional, y a un nivel muy digno cuando la apuesta que subyace es la de una ciudad que ha dicho y dice en su plazas y barrios y que la instala en las ciudades sobresalientes de Europa sin ningún complejo: como ciudad educadora, ciudad dialogante, ciudad participativa, de los poetas, de la música... Y, por otra parte, de un legado histórico y patrimonial que se suma a ella y que no se desprende, porque también enseña una nueva economía, más civilizada, sostenible y de hoy.
Un éxito sin precedentes para quienes la impulsaron y, cómo no, para todas aquellas personas que la hicieron suya, desde la asistencia, a la mayor de la implicación por defender que el diálogo es igual a cultura. Una de las apuestas que esta ciudad necesita, para mejorar sombras y dar a conocer las luces que con el esfuerzo de todos, merecemos que de forma humilde nos reconozcan.
La ciudad necesita este revulsivo, y casi en su totalidad lo ha conseguido. Habíamos puesto una meta, un reto, el año 2016, pero no nos engañemos, hay que seguir apostando por él, es un reto permanente y sin fecha de caducidad, quiero decir, el proyecto en el que nos hemos embarcado, no permite marcha atrás, ahora que lo hemos hecho nuestro y si nos dejan participarlo aún más, debemos llevarlo entre todos.
Pero no para conseguir un premio, que es el único pecado que tiene este viaje, sino todo lo contrario, el premio sería mantener todos y cada uno de los proyectos presentados, a través de sus respectivas ciudades, y que fueran, el ejemplo a seguir y el referente en Europa. Todas y cada una de las ciudades finalistas, que se atreven a apostar por la Cultura en una Europa que se encierra en hablar de economía exclusivamente y abandona los fines fundamentales de la ciudadanía. No estamos en Europa para articular países y ciudades, estamos para unir ciudadanos, en definitiva personas, para ello, es primordial el diálogo y la participación, porque nacerá otra Europa que es la que necesitamos.
Todos los concursos tienen unas reglas de juego que nosotros aceptamos cuando nos propusimos este viaje y los jurados un sometimiento a la lealtad y por supuesto a la independencia en la toma de decisiones, para visualizar, que la transparencia en el proceso al que nos hemos sometido, no pone dudas, y que tiene la credibilidad que el proyecto y la ciudadanía merece. Por otra parte, es necesario, un veredicto y al minuto siguiente los fundamentos que han hecho posible el posicionamiento del jurado. Nada más.
A partir de ahí, felicitar a la ciudad elegida y estamos seguros que eso nos engrandece y nos hace crecer como ciudadanos.
El análisis y la reflexión que hoy debemos de hacer nosotros, es muy fácil, porque el esfuerzo ya lo ha hecho la ciudad. Aprovechar este buen y magnífico trabajo, reconducir esta inercia para que no caiga en el olvido, en el enfado y en la indignación. Y desde el respeto, seguir en el proyecto que tenemos y que si abrimos un poco más la puerta, llegará aquella ciudadanía que pidió estar y que no tuvo respuesta, pero que, en definitiva nos ha puesto a todos a trabajar y a remar en una sola dirección. Córdoba Ciudad Cultural, para el mundo.
JOSÉ ROJAS
Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara
PÚBLICADO EN EL DIARIO DE CÓRDOBA EL 21/07/11
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