27/7/15

Ritual culinario junto a la Ribera

Varoufakis y el esperpento teatrillo de figuras del salón de plenos de Barcelona. María trocea el chorizo al infierno y alterna intervenciones y tragos de la cerveza que rescató del frío fondo de la nevera. El Córdoba decaído, recuerdos de Primera y la ciudad deportiva escuece en Capitulares. Juan se codea con las ascuas. Ahora unas chuletas de cerdo. Alrededor de la mesa: Cristina, Daniel y Pedro. Un vistazo a los niños y el decepcionante Tour de Contador, el lío de la segunda puerta de la Mezquita, la nueva alcaldesa. Fluyen las risas, el aroma del carbón inunda la orilla del Guadalquivir. 

Se agradece el poco aire que corre, la Mezquita alumbra la ciudad a las faldas del Puente Romano. Las chuletas ya están listas, vuelta y vuelta al pan. Vuelta y vuelta a los fichajes del verano, a los récords de calor, a las cifras del paro. Un fin de semana -un año- más. Alexis Tsipras negocia ahora con Merkel, el Córdoba, salvo concesión fortuita de la Copa del Rey, no volverá a jugar con el Real Madrid, el gobierno de Nieto ha dejado de serlo y María, Daniel, Pedro, Cristina, junto a un nutrido grupo de amigos y los pequeños, que sortean reuniones entre pelotazo y pelotazo protagonizan de nuevo, como el pasado año -como hace dos-, como la pasada semana, en la explanada del Arenal, la tradicional comilona. Un ritual culinario que millares de cordobeses comparten frente al Nuevo Arcángel, para salvar la canícula, el paro, los reproches del jefe y las interminables mañanas donde el aburrimiento abraza a los niños, entonces insoportables, un verano más. 

El Arenal -y la zona de césped sobre la que descansa el avión- es una inmensa parrilla en la que cordobeses de todos los barrios y edades despliegan mesas y sillas y comen y beben y ríen y perpetúan una tradición que ha descendido desde principios de siglo desde la sierra cordobesa -los Villares-. Cumpleaños, cenas familiares, reencuentros y reuniones que permiten ofrecer a conocidos forasteros un rincón en que los termómetros ceden ante las barbacoas, las latas frías y los tupper de tortilla de patatas. Donde recela el calor de hacer mella y cede el paso al fuego del carbón y la tímida brisa que ofrece el río. PARA LEER NOTICIA COMPLETA HACER CLICK AQUÍ, PUBLICADO POR MIGUEL SANTOS EN EL DÍA DE CÓRDOBA EL 26/07/2015

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